martes, 6 de noviembre de 2012

Sinfonía de Kiko Argüello "La Espada" une a Judíos y Cristianos. ¿En qué?

Este es el texto de la sinfonía que une a cristianos y judíos ("El Sufrimiento de los Inocentes" y "La Espada"). Al menos esto es lo que dicen el movimiento neocatecumenal y los medios católicos y lo que definitivamente se entiende de la carátula de la portada que enseña un transporte ferroviario hacia Auschwitz, como quien pretende una oda netamente enfocada al sufrimiento de los judíos desde el sentir católico.

Sinfonía «El Sufrimiento de los Inocentes»
La Sinfonía se compone de cinco movimientos:

Getsemaní: Expresa el momento en el que Jesucristo ve que el cáliz de la amargura que Dios ha profetizado por los pecados de su pueblo no puede pasar delante suyo sin que Él lo beba. Sin embargo, existe un momento de debilidad y Dios le envía un ángel para sostenerle. En este momento se escucha un tambor que anuncia la llegada de Judas con los soldados romanos para capturarle. El movimiento termina con el coro, que canta Abba (Padre), y que significa que Jesús ha aceptado la voluntad de su Padre.

Lamento: Se quiere observar a la Virgen bajo la cruz y de frente al terrible escándalo del sufrimiento humano. En este movimiento, en silencio y voz baja, el sonido del arpa quiere mostrar las lágrimas de la Virgen que descienden de forma silenciosa por su sufrimiento.

Perdónales: Muestra a Jesús crucificado que grita «¡Perdónales!».

Espada: Se presenta la profecía de Ezequiel. «¡Espada!, ¡espada!, ¡bruñida para matar!» grita el coro cuando la espada se acerca a María para atravesarle el alma. «¡Oh, qué dolor!», grita una voz de ángel. A continuación, la asamblea para darle ánimo canta de pie: «¡María, Madre de Dios!

Resurrexit: Al final cantamos la resurrección universal. En este movimiento es muy importante la trompeta que anuncia el juicio final.
Con la convicción de que la música llega allí donde no lo hace la palabra, Argüello ha conseguido que la composición musical toque el corazón de todos, también de los alejados de la Iglesia, y les conmueva profundamente.

Una sinfonía que salvo por los acostumbrados melismas del señor Argüello, podría catalogarse como "digna", de ser tocada en Viernes Santo frente a un público católico, como intermedio al sermón de las siete palabras.
Pero más allá de la subjetiva riqueza cultural que para el particular pueda representar dicha obra, solo una pregunta podría resonar en cuanto a los efectos que dice pretender lograr en la Tierra Santa:

¿De qué forma une esta a cristianos y judíos?

¿Qué judío religioso puede sentirse halagado con una prolija presentación de realidades neotestamentarias?
En palabras prácticas, ¿en qué diferiría con el sentir de un católico que fuera invitado a una tocata judía llamada "El Buen Caifás"? ¿O es presentada esta propuesta con algún fin evangelizador? Evidentemente no.

El rabino Irving “Yitz” Greenberg, dijo a The Jewish Week (discursista sionista) que el Camino Neocatecumenal es: "ante todo un grupo de inspiración laica, que no ha hecho trabajo misionero y no tiene ningún interés misionero. Se habla de Israel como los evangélicos lo hacen, que los Judíos son el pueblo de Dios." E Israel es “la tierra prometida de Dios.” Ellos se especializan en un intento respetuoso a ayudar a los católicos a apreciar mejor el pueblo judío y la religión judía, así como el aumento una toma de conciencia de lo mucho que los judíos han sufrido, incluso por causa de los cristianos.

Palabras que contrastan con la recordada y repetida finalidad del camino: "un itinerario de catequesis" y "una ayuda a las parroquias". Es visible que los contenidos de la sinfonía no pasan de ser vistos por los judíos como una simple nueva poesía a un falso mesías, nacido de prostituta y justamente condenado (Sanhedrín 43a, Sanhedrín 67a, Sanhedrín 107b, Sotá 47a, Shabbat 104b), indigno de cualquier apología por su martirio en tiempos de brutalidad en el ejercer humano, sino que esta sería además presentada como una unilateral forma de pedir perdón católico, cuan cómplice del régimen nazi, lo cual bien podría interpretarse de la dichosa portada del CD. Ningún efecto de sensibilización hacia los cristianos causa para el judío, más solo deja un sabor del "incomprendido pueblo judío".
Pero a elevada y rebuscada jerigonza suena a sus miembros el que se llame judaizante al Camino Neocatecumenal y antisemitismo se pretende interpretar de hablarse al menos del tema.

¿ Qué podría estarse buscando entonces con semejante interpretación en Tierra Santa, donde la mayoría de los religiosos judíos es bien sabido que solo se permiten dirigir la palabra a los cristianos para lograr el buen término de alguna transacción comercial ?

¿ Acaso algo que ver con lograr el apoyo emocional a las estructuras neocatecumenales que se erigen en la Tierra Santa que maravillan a los judíos porque en su presencia no se promulga o presenta cosa alguna que hable del sacrificio de Cristo?
¿Qué otra agenda además de una sionista, puede interpretarse del beneplácito del sionista Irving Greenberg a semejante obra?

Cada cual juzgue con rectitud, no es difícil considerando lo presentado.

Ciertamente estas lineas no buscan desestimar de forma alguna el dolor del pueblo judío, pero cada cosa en su lugar. Es de entender que esto no es otra cosa que un escrito en contra de la insensatez del sionismo cristiano, que no sabe lo que hace.
“Rogamos también por los judíos. Que el Señor Dios nuestro ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, salvador de todos los hombres. Dios omnipotente y eterno, concede propicio que, entrando la plenitud de las gentes en tu Iglesia, todo Israel sea salvo”

 Esperando la rectificación y las buenas praxis de todos los movimientos de la Iglesia, ABC Apologética se abstiene de recomendar el Camino Neocatecumenal a sus lectores por su desobediencia a las recomendaciones litúrgicas emitidas desde la Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, extralimitación de sus permisos estatutarios, desaciertos doctrinales y actuales prácticas no conformes al magisterio de la Iglesia Católica.

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