La lectura no orientada de la Sagrada Escritura, conlleva a muchos de sus lectores a cuestionarse o a promover prohibiciones de alimentos. Los libros de Levítico 11 y Deuteronomio 14 presentan una ley inviolable acerca de la pureza de los alimentos animales. Más aun, Levítico 17,13-14 amplia además sobre el asunto de no comer la sangre de animales más enterrarla so pena incluso de morir. Con la última, los Testigos de Jehová prohiben a los suyos el comer de alimentos cuya cocción sea hecha a base de sangre como las morcillas y pone en el ruedo la novedad de la prohibición de las transfusiones (un acto médico al que ni se rehusan ni los judíos ortodoxos).
Pero entonces, por qué no observamos estas leyes los cristianos si Jesús nos dice:
"No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento." en Mateo 5: 17 ?
El aparente dilema surge de la lectura descontextualizada de textos de la Biblia y en el no entendimiento de su cronología es decir, los pactos en los que fue escrito cada texto.
Sobre Mateo 5:17, Cristo se refiere a dar cumplimiento en si mismo todo lo que sobre el mesías fue escrito, y en el hecho de que sobre Él recae todo el peso de la ley antigua, no de confirmar las viejas cosas. Para entender esto basta solo en pensar de corrido en el qué hoy no se ofrecen sacrificios de animales ni tampoco practicamos las leyes de reposo del Sabbat. Esta abolición de la ley evidetemente no se refiere a abandonar la práctica de la justicia y la misericordia enseñada por Dios, y que Él mismo confirma en varios apartes de evangelios.
El hecho entonces es uno solo: los párrafos de prescripciones y leyes de la Torá no aplican para los cristianos e imponerlas o recomendarlas a otros prescindiendo de la fe Gálatas 3:9-11, es contradición grave.
Tenemos además las palabras de Cristo y del Espíritu Santo a través de los apóstoles, sobre el tema de los alimentos:
♦ Marcos 7,18-19 Y El les dijo: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar. Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios TODOS los alimentos.
♦ Hechos 10, 9-16 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar como a la hora sexta. Tuvo hambre y deseaba comer; pero mientras le preparaban algo de comer, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto y un objeto semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas; había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo. Y oyó una voz: "Levántate, Pedro, mata y come". Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo. De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: LO QUE DIOS HA LIMPIADO NO LO LLAMES TU IMPURO. Y esto sucedió tres veces, e inmediatamente el lienzo fue recogido al cielo.
♦ Colosenses 2:16 Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo;
Tales citas aclaran la doctrina cristiana al respecto de los alimentos, descartando las prohibiciones judaizantes de algunos que son claramente absurdas y no cristianas.
Bueno y la Sangre? Pues es otra norma de pureza del Antiguo Testamento como cualquier otra, que apuntaría a la reserva de la sangre para los sacrificios del templo y en ellos una prefigura de Cristo. Nadie con sentido cristiano toma la sangre de animales deliberadamente o en un sentido sacrificial.
Aunque ALTO, acaso Cristo pidió beber alguna sangre? Claro, la suya !!! (Juan 6,54-56 - Marcos 14,24 - Mateo 26,28 - 1 Corintios 11,25). Esto igual sigue, como en aquel entonces, siendo motivo de escándalo a los carentes del Espíritu e insensibles a su voluntad Juan 6:61-66.
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