1 Corintios 1:23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles;Esto anterior bien podría ser suficiente para explicar a una persona abierta de mente, que entendería que los católicos predicamos el misterio de Cristo en su plenitud como debe ser y esto es en su nacimiento, infancia, vida pública, pasión, muerte y resurrección. Y esto es así porque en la plenitud de la vida, la cruz, y la resurrección de Cristo nos configuramos nosotros.
Gálatas 6:14 Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.
1 Corintios 1:18 Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
Pero como esto es un argumento más con la mera intención de hacer protesta a todo lo que hace la Iglesia, vamos a profundizar.
La razón fundamental del crucifijo es recordar al Dios que se abajó y humilló para redimirnos. Evidentemente tal representación no reemplaza, más bien recuerda la predicación central del cristianismo que es la resurrección otorgada por la perseverancia.
1 Corintios 15, 13-14 Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado;y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe.
Mateo 24:13 Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.
La recordación de ese Cristo sufriente, nos ayuda a la configuración diaria con su persona. Como las razones de nuestro sufrimiento no son vanas y como en cada paso de nuestra vida estamos en un pleno caminar en la compañía de Cristo y cómo un discípulo de Cristo esta en el frente de batalla contra el mundo. La figura de Cristo crucificado nos recuerda que en el dolor no estamos solos, que la recompensa por el sufrimiento en su nombre es garantizado, y además que en el honor a sus dolores y a su sangre somos sanados de cuanto nos aqueja en el cuerpo y en el alma.
Mateo 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Mateo 24:9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
Si bien el motor del cristiano es el gozo de vivir en la gracia, la cruz nos es trasladada a nosotros por el mismo Cristo, no por peso, sino por carga ligera que nos lleva a la eternidad (Mateo 11,29-30) y esto en Cristo lejos de ser verguenza es motivo de GLORIARSE. (Gálatas 3,13-14) Asi pues, si alguno sufriere, que recuerde al que transpasaron que hoy como ayer Él le acompaña en el dolor (Juan 3:14-15 - Juan 19:37) y le recuerda que en sus llagas hay esperanza y salvación (Isaias 53,15).
No hay comentarios:
Publicar un comentario