miércoles, 10 de octubre de 2012

Cuento Apologético 1. Le dijeron: "Dame el 10%" y "Cáete"

YO, el autor de este blog, hace pocos días viajé a la Ciudad de Cartagena Colombia. Ciudad emblemática del catolicismo en Colombia, a tal punto que esta fue una de las 3 sedes de la Inquisición en el Nuevo Mundo.
Por asuntos de malas administraciones públicas, una buena parte de los barrios periféricos, está ahora sumido en gran pobreza y por poco y olvidada del gobierno distrital.
Preocupante el hecho pues, paralelo a esto, pude ver en el trayecto, que en estos barrios se observan en linea consecutiva, al menos unas 4 "iglesias" por cuadra, de ministerios evangélicos "vetu" (ve tú a saber de quién son o al menos a qué grupo mayoritario de iglesias pertenecen pues ningún nombre al menos conocido esbozan) que no había visto en mis anteriores viajes a la ciudad.

Dicho lo anterior con un propósito, iré ahora a la historia.

Me hospedé en casa de un familiar, el cual tenía a su servicio una empleada doméstica. Una muy buena, de esas amables y además diligentes, de a lo sumo 40 años de edad y aunque no muy preparada intelectualmente, pero de aquellas con las que provoca sentarse a hablar mientras cocina. Y lo hice.
Cuando le explique los motivos de mi visita a esta ciudad (peregrinación y un poco de esparcimiento) al instante no vaciló en empezar conmigo una pequeña y amena charla de religión.
Como le ví una pequeña imagen de Jesucristo, pues comencé a hablarle como católico que quiere hablar de su fe, interpretando de base que la interlocutora pertenecía a también a la fe católica y en efecto, lo era.
Pero oh sorpresa!!!, era una re-conversa del evangelismo, de alguna iglesia del estilo barrial solo para el barrio arriba mencionadas.
De esas cosas que sorprenden por cuanto a que ofendida, me comentó que había regresado al catolicismo, tras varias cosas (y recordemos que expresé que no es una persona preparada intelectualmente).

Su pastor le increpó prontamente tras su llegada, que esta, una mujer pobre y de salario mínimo legal, "le debía dar el 10% de su salario devengado", que esto "era su obligación para con la iglesia" (palabras textuales del pastor).

Ella le contestó prontamente con una sensatez primaria de esas que poco se ven hoy por hoy: "Ehhh, y yo por qué le voy a dar eso a usted?" a lo que el pastor le contestó de forma desafiante qué "no debía ser indisciplinada" que hiba a "orarle".

Relata ella que él empezó con una seremoniosa voz a hacerle una oración para "que el Señor le enseñara a ser dócil". Terminando esta oración, le puso las manos en la cabeza y le dió un pequeño empujón. Ella ya había visto los hábitos comunes de respuesta de su comunidad a este tipo de gestos del pastor, pero a pesar de esto permaneció inmovil, lo cual le pareció si apenas normal.
Al hacer esto, y este es el punto central de esta historia, el pastor le dijo "CÁETE". Y ella permaneció inmovil. El pastor repite el gesto de tocarla y le dice de nuevo "CÁETE". Pero ella, no sintiendo motivación alguna para hacer esto no lo hizo. Para para dar gracia a este relato, el pastor se atreve a preguntarle "POR QUÉ NO TE CAES?". Ella solo contestó lo que cualquiera que no cae presa de sentimentalismos baratos habría contestado, que por qué se debía de caer, a lo que el pastor no le insiste más. Y al finalizar el "culto" se retiró para no volver jamás.
Ahora, su familia subsiste aun con dificultades con un salario mínimo y para lo necesario le alcanza, a Dios gracias.

Qué aprender de esta historia y moraleja?

- Que muchos neofitos evangélicos en las falsas iglesias deben responder a la voz del pastor, uniéndose a conductas de una iniciativa grupal.
- Que estos falsos ministros de Cristo, no esperan una acción libre del Espíritu Santo, más muchas veces forzan a los fieles a una respuesta conocida y que como una reacción en cadena, esta sea repetitiva, y de ese modo los certifique ante otros en su indiscutible pastoral "en el nombre de Jesús".
- Que estos falsos ministros que surgen a doquier, hicieron del evangelio un método para salir de la pobreza sin trabajar.
- Que no se requiere de una verdadera erudición, cuando de dejarse robar y ser engañado se trata.

Recordando el 8vo mandamiento y en el nombre de Dios, certifico esta historia como verídica y escuchada por mí de labios de quién la narró espontaneamente.

AFhobbieq, Cristiano Católico por la gracia de Dios.



Le invito a que interpele en sus comentarios dejando el nombre de su iglesia.


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