domingo, 9 de octubre de 2011

PADRE. Por Qué Llamamos así a los Sacerdotes?

Un ataque muy común de grupos proselitistas para tratar de confundir al católico indocto, es tratar de objetar el trato de "padre" que damos a los sacerdotes. Esto proviene de la lectura sesgada e incorrecta de la Sagrada Biblia.
La cita bíblica única y fuera de contexto con que se pretende indicar tal prohibición es:
Mateo 23,9 Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.

Pero leamos el segmento completo del evangelio Mateo 23,5-12:
Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos ; aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí. Pero vosotros no dejéis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni dejéis que os llamen preceptores; porque uno es vuestro Preceptor, Cristo. Pero el mayor de vosotros será vuestro servidor. Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.

Es curioso, porque por un lado son promotores de la fe sin obras y la salvación garantizada más en ciertos pasajes de los evangelios se detienen en un fariseismo desmedido.
En estos versículos Jesús está señalando la soberbia de los fariseos que disfrutaban de ser señalados por su grandeza, pero no estaba indicando una prohibición a los titulos personales, de los cuales Él mismo habría de poseer.
Si se hiciera una lectura estricta de estos pasajes, entonces no podríamos llamar maestros a nuestros profesores, ni doctor a nuestros médicos. Evidentemente esto no es más que tomar el evangelio para hacer trampas del lenguaje.

Ejemplos del titulo "Padre" en el Nuevo Testamento, tanto para aquellos que nos han engendrado como para aquellos que ostentan tal título por una lícita y merecida relación de paternidad- filialidad espiritual.

Efesios 6,1-2 Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa.
Romanos 4,1 ¿Qué diremos, entonces, que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
Hechos 7,2 Y él dijo: Escuchadme, hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán,
1 Corintios 4,14-15 No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.
Filemon 1,10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,
1 Pedro 5,13 La [Iglesia] que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, os saluda, y también mi hijo Marcos.
1 Juan 2,1 Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis.

Entre muchas otras...

Podemos ver sin duda alguna la relación filial-paternal y el mismo trato en el tiempo apostólico al que tenemos hoy, en donde nuestro sacerdotes nos engendran en el evangelio por medio del bautismo y su pronta asistencia.
Este cuestionamiento es entonces vulgar y desconoce completamente las escrituras y la labor de quien ha de ser un proclamador del evangelio. Por demás es un argumento que desconoce lo propio, pues a la inversa pocos cuestionan (aunque deberían) los títulos de "pastor" y a veces hasta "obispo" que se han arrogado muchos para justificar su Iglesia personal que muchas veces no abre más que un día a la semana para entretener a su feligresía y completamente alejados de una vida de sacrificio en pos de la que se han falsamente adjudicado por grey.

Que nadie confunda tu fe por medio de vana palabrería.

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